Las cesantías siguen siendo una de las mejores garantías en tiempos de incertidumbre. Si es afiliado al Fondo Nacional del Ahorro, además son el primer escalón para obtener un crédito hipotecario.
Hoy por hoy poco se habla sobre ahorro y educación financiera. No es para menos, ya que la crisis económica nos ha golpeado a tal punto, que pensar en “dejar quieto” el fruto de nuestro trabajo, puede verse como un sacrificio. Sin embargo, los expertos recomiendan pensarlo dos veces antes de utilizar el dinero guardado.
Las
cesantías, por ejemplo, son un baluarte en estos tiempos. No solo porque pueden significar la tabla de salvación ante la perdida del empleo, sino porque también pueden constituir la primera pieza para empezar a fortalecer el patrimonio con la compra de una vivienda.
Por ejemplo, el Fondo Nacional del Ahorro les ofrece a sus afiliados por
cesantías o Ahorro Voluntario Contractual (AVC), la posibilidad de acceder a un crédito hipotecario o a un leasing habitacional. “Ahorrar no siempre es una tarea fácil. Pero guardar las cesantías es un primer paso y para motivarse hay que tener claros los objetivos y buscar aliados financieros que canalicen estos recursos, como el FNA”, explica Elkin Marín, vicepresidente financiero de esta Entidad y máster en administración financiera.
Más del 50 por ciento de las personas que retiran las
cesantías, lo hacen para comprar, mejorar o remodelar su vivienda; según estudios realizados por Asofondos. Las razones son varias y han cambiado en medio de la coyuntura. La primera es que, en épocas de cuarentena y teletrabajo, el hogar se convirtió en un espacio mucho más importante para las personas. Así, el deseo de comprar casa propia se convirtió en un proyecto muy atractivo que generó cifras históricas en venta de inmuebles hacia nales de 2020.
La segunda, es porque se ha generalizado la idea de que ahorrar para una vivienda es una buena inversión pues hace parte de la construcción de un patrimonio que tiende a valorizarse. Las
cesantías pueden también estar encaminadas a comprar una segunda casa para descansar, arrendar o como seguro para los herederos.
Para este fin, usualmente se requiere que las personas tengan una cuota inicial de al menos el 20% del valor del inmueble. Esta cifra se convierte entonces en nuestro objetivo de ahorro para posibilitar la adquisición de un crédito hipotecario que nos permita alcanzar ese sueño. Guardar las
cesantías es una manera inteligente de emprender este proyecto”, agrega el vocero del Fondo Nacional del Ahorro.
El experto del FNA recomienda que una vez definido ese valor, se proceda a estimar el plazo en el que se ahorrará dicha cantidad y el monto mensual requerido. “Planificar también nos permite considerar los recursos de subsidios a los que se puede aplicar. Se sugiere consultar si se cumple con los requisitos para acceder a los beneficios del Gobierno nacional, las cajas de compensación familiar y de los entes territoriales. Pero lo importante es dar el primer paso y fijar como meta la compra de vivienda”, añade.
Los expertos insisten en que la canalización del ahorro debe realizarse a través de entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia para garantizar la seguridad de los recursos, porque de nada sirve fijarse unos objetivos de ahorro, planear, tener la disciplina mensual de ahorrar, si estos recursos se pierden en préstamos informales que no garanticen la disponibilidad y seguridad del dinero.
“Para iniciar ese proyecto de compra de casa hay que informarse bien. Y allí también hay un papel importante de las empresas en estos temas. Porque si bien un empleador no le debe decir a sus colaboradores como gastar su dinero, parte de sus políticas de responsabilidad social deberían incluir temas de educación financiera que les permita entender qué posibilidades y herramientas tienen, por ejemplo, para adquirir vivienda propia”, asegura María Teresa Macías, jefe del departamento de Finanzas de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas de la Universidad de la Sabana.
Otras maneras de contribuir al ahorro
El ahorro es uno de los grandes aliados para conseguir los objetivos. Mucho mejor si estos están encaminados a construir patrimonio. La experta María Teresa Macías asegura que “en tiempos de crisis es aún más importante hacer un presupuesto. Definir cuáles son mis ingresos, mis egresos y presupuestar los gastos que vienen en el futuro para poder identificar esos faltantes que voy a tener”, agrega.
Para la académica, experta en educación financiera, es necesario elaborar un mapa de los gastos específicos de por lo menos seis meses, en aras de poder reaccionar ante determinadas situaciones que se pueden presentar, como las matrículas escolares, la compra de útiles, el pago de impuestos o el deseo de tener vivienda propia.
“El tiempo siempre ayuda a tomar decisiones. Si yo identi co que en tres meses tendré un gasto superior a lo que yo gano, sé que desde ahora debo ahorrar, pensar en un ingreso extra o hasta tramitar un crédito si estamos hablando de una compra importante como una casa”, asegura la experta.
Se acerca la fecha en que los empleadores deben consignar las cesantías en las cuentas de sus empleados. Por eso, es muy importante hacer un alto en el camino y pensar en ese dinero como un seguro de desempleo, o como la cuota inicial de la casa de sus sueños y no dejarlo como dinero de bolsillo que se pueda esfumar con mucha facilidad.
Te puede interesar:
NOS MUEVE LO QUE SUEÑAS