“Los requisitos que me exigen no son engorrosos. Ahora depende de mí para traer los documentos. Ha sido interesante la información que me han brindado”, afirma Jairo Ramírez.
Tanto Jairo como su esposa, Claudia, hacen parte de la familia ahorradora. Ella, al igual que él, desde hace dos años está afiliada al FNA por medio de una cuenta de Ahorro Voluntario Contractual (AVC).
Bogotá. 24 de julio de 2013 (FNA). Hoy antes de las 8:00 de la mañana, Jairo Ramírez se dirigía al banco donde labora y que tiene sus oficinas principales en la Avenida de Chile, cuando se acordó que la Ciudad de la Prosperidad para la Vivienda y la Educación del Fondo Nacional del Ahorro (FNA) abría hoy sus puertas.
Sin pensarlos dos veces miró su reloj y confirmó que faltaban pocos segundos para las 8.00 de La mañana. Esperó que se diera la autorización para el ingreso del público y de inmediato se dirigió a uno de los módulos, donde le entregaron toda la información solicitada.
Jairo tiene hace dos años depositadas sus cesantías en el FNA y aunque ya tiene una vivienda familiar en el barrio 20 de julio de Bogotá busca un acompañamiento financiero para adquirir su segunda casa, pues quiere invertir para poderles brindar un futuro más seguro a sus dos hijos, el primero ya está en universidad y el segundo se encuentra terminando la primara.
“Los requisitos que me exigen no son engorrosos. Ahora depende de mí para traer los documentos. Ha sido interesante la información que me han brindado. Incluso me han dicho que tienen las tasas más bajas del mercado para la adquisición de vivienda. Eso es muy atrayente”, comenta mientras observa la decoración de la carpa blanca que se ha instalado en la plazoleta de La Porciúncula, en el sector de El lago, en Bogotá.
Tanto Jairo como su esposa, Claudia, hacen parte de la familia ahorradora. Ella, al igual que él, desde hace dos años está afiliada al FNA por medio de una cuenta de Ahorro Voluntario Contractual (AVC).
Los dos saben que familia que ahorra unida permanece unida y por ello trabajan hombro a hombro para ofrecerles prosperidad y bienestar a sus dos hijos.
Aunque Jairo sabe que el FNA también tiene en su portafolio de servicios el acompañamiento financiero para lograr una educación con calidad, prefiere, por ahora, enfocarse únicamente en el tema de vivienda y subirse en la Locomotora de la Prosperidad, que se ha detenido en la estación de la plazoleta de La Porciúncula, en Bogotá.
Todo colombiano debe dar tanto como pueda, todo colombiano debe trabajar tanto como pueda y todo colombiano debe AHORRAR tanto como pueda
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